La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, es nuestra primera barrera con el exterior, por lo que la debemos de mantener sana. Tiene que lidiar con numerosos fenómenos a los que está expuesta; como el calor, el frío, la contaminación, las radiaciones, etc.

Las cremas hidratantes son aquellas que proporcionan agua a las células de nuestra piel. Mantienen la piel en buen estado (suave, elástica, tonificada y brillante).

Entre su gran cantidad de beneficios podemos encontrar los siguientes:

  • Hidratan la piel seca
  • Aportan elasticidad
  • También evitan la formación del acné, la irritación y comezón
  • Suavizan las zonas ásperas de la piel
  • Retrasan el envejecimiento, etc.

También cabe decir que hay cremas específicas para cada tipo de piel (seca, mixta o grasa), y aún así todas necesitan hidratación.

Por ello, debemos de conocer nuestro tipo de piel para realizar un uso adecuado de estas.

Las cremas hidratantes han de ser siempre aplicadas sobre una piel limpia, ya que esto va a favorecer la correcta absorción de esta.

En conclusión, cuida tu piel, proporcionándole una limpieza e hidratación adecuada para obtener numerosos beneficios y prevenir riesgos.