La MENOPAUSIA es una etapa en la vida de la mujer caracterizada por el cese permanente de la menstruación cíclica, debido a la pérdida de la actividad de los folículos ováricos. Así pues, se determina de manera convencional, después de un período de un año sin menstruación.

¿CÓMO ES LA TRANSICIÓN A LA MENOPAUSIA?

En los años previos a la menopausia (transición menopausia), la secreción ovárica de estradiol disminuye, a veces de una forma fluctuante, lo que se traduce en un aumento de la secreción hipofisaria de hormona foliculoestimulante (FSH).

La transición menopausia puede caracterizarse por ciclos menstruales irregulares y hemorragia uterina alterada, y la fertilidad se ve muy reducida en comparación con los primeros años reproductivos. El término PERI-MENOPAUSIA se utiliza para referirse a la transición menopausia y al primer año después de la menopausia y puede durar entre 3 y 5 años. Se conoce también como CLIMATERIO. Las concentraciones de estrógenos alcanzan su mínimo y las concentraciones de FSH su máximo unos 4 años después de la menopausia. En la periferia, las concentraciones de estrógenos son mucho más bajas que en la mujer pre-menopausica.

La edad media para la menopausia natural es de 51 años.

La disminución de las concentraciones de estrógenos durante la peri-menopausia puede relacionarse tanto con efectos agudos como a largo plazo.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA MENOPAUSIA?

Los síntomas agudos establecidos destacan: la inestabilidad vasomotora , que se manifiesta en forma de sofocos y sudores nocturnos, la atrofia vaginal y la dispareunia (dolor al tener relaciones sexuales).

Entre los síntomas no específicos destacan las palpitaciones , cefalea, dolor de espalda, y síntomas psicológicos como cansancio, falta de concentración, pérdida de libido, irritabilidad, insomnio y depresión.

El insomnio puede ser secundario a los sudores nocturnos.

Una consecuencia establecida a largo plazo de la disminución de las concentraciones de estrógenos es el aumento del riesgo de fracturas ósea que resulta de la elevación de la tasa de resorción ósea.

¿QUÉ PLANTAS MEDICINALES AYUDAN EN LA MENOPAUSIA?

Existen diversas plantas que mejoran los molestos síntomas que acompañan a este ciclo, como los sofocos, la sudoración nocturna excesiva.

LA SALVIA (salvia officinalis): se utilizan medicinalmente las hojas y las sumidades floridas, pues son ricas en aceite esencial, ácido rosmarínico y flavonoides.

Combinado con el TRÉBOL ejerce una excelente acción contra los sudores nocturnos.

En forma de infusión, tintura o cápsulas.

CIMICÍFUGA (cimicífuga racemosa): se utiliza el rizoma, que algunos expertos consideran una de las mejores soluciones para suavizar los síntomas perimenopáusicos.

Disminuye los síntomas vasomotores de la menopausia, como sofocos y sudoración, y además levanta el ánimo.

En decocción la planta seca o en cápsulas comprimidos.

Se debe evitar si hay problemas renales o hepáticos.

LÚPULO (Humulus lupulus): con efecto tranquilizador. Contiene aceite esencial, flavonoides y sustancias que actúan como estrógenos vegetales. Se emplean las flores hembras y  su resina, conocida como lupulino.

Eficaz contra la irritabilidad y el insomnio. Alivia el dolor de cabeza y la jaqueca.

En infusión , tintura o cápsulas.

TRÉBOL DE PRADO (Trifolium pratense): leguminosa rica en estrógenos que se encuentra fácilmente en los márgenes de camimos , herbazal. Ayuda a reducir la intensidad de los sofocos y la molesta hipersudoración nocturna. También calma la  jaqueca, evita el aumento de peso y el insomnio.

Resulta muy útil combinada con la salvia, como hemos mencionado.

La naturaleza es una gran aliada a la hora de encontrar alivio. Si los síntomas son persistentes existen tratamientos farmacológicos bajo la supervisión médica.

HÁBITOS SALUDABLES PARA LA MENOPAUSIA

Una dieta variada rica en vegetales crudos, especialmente frutas. Ejercicio físico, si se realizan al aire libre mejor. El sol es un gran aliado para mantener los huesos sanos, aportando vitamina D, tan necesaria en la vida, y más aún en esta época.

Mantenerse activo es síntoma de juventud y bienestar.

Y siempre, escuchar al cuerpo para sentirnos bien, en forma.